Hoy para mi es realmente el comienzo del verano, y del cierre de una etapa, el curso escolar marca realmente lo que entiendo por "año", al menos en cuanto a sensaciones. Para mi septiembre es el comienzo y junio el final.
Ha sido un curso que empecé reconozco con mucho miedo e incertidumbre pero que a lo largo de los meses que se iban desarrollando con protocolos y medidas fue cobrando sensación de una bonita y deseada normalidad sin demasiado altibajos y con los miedos cada vez más difuminados por los pocos contagios que vivimos, tanto en mi centro como en el de mis hijas. Porque claro, cuando eres madre y docente el miedo es doble...
Así que lo hemos superado, y desde aquí, aunque el tema de este blog no es éste quiero felicitar a mis compañeros y compañeras docentes, al personal laboral y de limpieza de los centros, al alumnado y a sus familias por demostrar que las cosas se pueden y se han hecho maravillosamente bien.
Y ahora sí les enseño el primer look de mis recién estrenadas vacaciones, que no podía ser otro que con vestido blanco y tonos neutros con un toque de dorado. Porque, acaso hay mejor momento para lucir estos vestidos blancos que el verano?